miércoles, 21 de abril de 2010

La Fábrica de Corazones


En días en que las imágenes del Terremoto y posterior Tsunami han salido de nuestras pantallas, en días en que las nubes empiezan a avanzar con más fuerza en mi cielo y se ve mucho más gris el horizonte me pregunto, qué estará pasando con las niñas y niños de aquellos lugares donde el mar se llevó con él todas sus cosas, sus camitas, sus juguetes, tal vez el uniforme de colegio que con mucho sacrificio sus padres habrían comprado para que empezarán su escuela, para que estudiaran y tuvieran un mejor futuro…

Pasan los días y cada vez ese pensamiento me ronda con más fuerza, ocupa mis días y mis noches, hace unas semanas acabábamos de llegar de Tubul, hicimos un viaje hermoso, demostramos que las hormigas sí podían mover marraquetas[1]… pero no es suficiente, nunca será suficiente… mientras alguien necesite de nuestras manos, de nuestras risas, de nuestros cantos, de nuestro apoyo debemos estar a su lado…

Así llegó el llamado que esperaba, era mi amiga Silvana Pérez que me contaba que en Valdivia iba a juntar cosas entre sus amigos y conocidos, y que Claudia Rojas de Los Lagos haría lo mismo, que tal vez podríamos viajar juntos… así nació el segundo viaje.

Como en la historia anterior, del primer viaje, faltaban pocos días para viajar y parecía que no teníamos nada, las cosas demoraban en llegar y los voluntarios eran escasos, pero lo peor de todo es que no teníamos vehículo en el que ir ni menos petróleo… pero sabíamos que lo lograríamos, no podía ser que la gente estuviese insensible frente al dolor, no los chilenos, no nosotros, enviamos una carta para motivar la ayuda de distintos lados, así se sumó con muchísima energía, ideas y ánimo Yovi Villar, hija de Curanilahue pero avecindada en Chiguayante.

A dos días de partir llamó Daniel Bravo, nuestro héroe y símbolo de la solidaridad y el esfuerzo (Sí, el mismo del camión solidario de Lipigas de Labranza) y me dijo: Claudia cuenta conmigo, yo viajo con ustedes y la micro 31 de la línea 7 se transformó en ese mismo momento en la micro de la solidaridad…

El día antes de partir, el jueves 1 de abril, fue el mejor día para cumplir mis 34 años, muchos amigos me escribieron, otros me llamaron, otros me dieron el abrazo más tibio que podía recibir… pero lo más importante es que empezaron a llegar más cosas, y más dinero para el petróleo… todo marchaba bien. A las 10 de la noche llegó la delegación de Valdivia, junto a Silvana venía Wladimir Gonzalez y Jaime Caros, uno con una vida andada, lleno de experiencia e historias, el otro lleno de caminos que recorrer, historias que construir y mucho que aprender… que alegría otra vez rompíamos la barrera de las diferencias para ser uno solo…

Mi casa fue el primer refugio para dormir, estábamos expectantes, pero Silvana fue la encargada de levantar a la tropa, o como dirían unos amigos, al ejército loco… allá íbamos de nuevo… En la mañana se nos sumó Daniel y su micro, Carolina Barrientos, Pilar Collipal y Jorge Charlet, también aparecieron los jóvenes del grupo que acompañarían a mi amado hijo Leonardo Anguita, sus amigos Javier Mellado que venía a su segundo viaje y Andrés Toro que se nos sumaba por primera vez … que top, crecía nuestra pandilla juvenil…

El viaje fue largo, pero entre cantos, risas, paradas obligadas; para pintar la micro, fumar un cigarrillo o ir al baño y con la ilusión de ir a ayudar se hizo un lujo de viaje, incluso la parada de los carabineros resultó ser entretenida…

En Curanilahue, justo en la Mano del Minero que invita a quienes pasan por allí con la leyenda “Mis manos son ásperas pero hay pan en mi mesa…”, nos juntamos con los que de allí venían, la Tía Sandra Tapia mi amada hermana, que sería la jefa de la tropa de niñ@s y las tías Gloria González y Estela Gutiérrez, que se encargarían de dejar bellas y guapos a todos con sus cortes de pelo…, lo bueno es que también traían comidita para nosotros, así es que después de saludarnos, nos fuimos arriba de la micro haciendo panes y repartiendo jugo… el hambre apareció como por arte de magia, porque hasta allí ni nos habíamos acordado. Más tarde se unirían a nosotros Liliana Medina, Guillermo Benítez y Felipe González, quienes llevaron la ayuda recolectada en Curanilahue a través de Alberto Arcaya y Walter Lazo.

Una vez que llegamos a Lico nos pusimos en contacto con Cipriano, el dirigente TOP de las 85 familias que perdieron sus casas en el maremoto y que están distribuidas en distintos campamentos, nos llevó a la escuela, nos puso en contacto con la señora Marta que era la directora y ubicamos en una de sus salas nuestra central de operaciones y aposentos, la sala 4 se transformó en Peluquería y la sala 5 en Taller infantil.

Luego en el campamento 1 nos juntamos con los amigos que venían con Yovi y que traían más cosas, incluso 10 cilindros de gas, en este grupo venía gente de todos lados, de Curanilahue: Don Juan Andrés Altamirano, su esposa María Medina y Tulio, también Tulio Benítez, María Francisca Altamirano, Ursula Villar, Alejandro Henríquez, Renata Henríquez, Alfonso García, María Ester García, Hector Villar, su esposa Maday y el maestro Mario Riquelme.

De Chiguayante: Patricio Altamirano, Yovi Villar, Vale y Josefa Villar, Janette Altamirano, Carlos Urra, José Cifuentes, Ester contreras, María Paz Pérez, Dominique Urra, José Urra, Natalia y Carla Urra, la Sra. María (que nos cocinó con las señoras del campamento 1) y los Maestros “el tata” y el “del bigote

De Arauco: Jaime Villar (peluquero que se unió a Gloria y Estela) y Nicolás Navarro y de Hualpén: Ricardo Altamirano

Tod@s a ordenar y clasificar las cosas que llevamos, ropa, frazadas, papas, carbón, pañales, útiles de aseos, útiles escolares, juguetes, agua y medicamentos, para que lleguen en forma lo más equitativa posible, una vez realizada la labor cada equipo toma sus posiciones, los que trabajarán apoyando a la gente de Un Techo para Chile se ponen a disposición de Manuel Ariz, coordinador, los que trabajarán con l@s niñ@s de Llico se van a la escuela a preparar todo para la película y las tías y el tío peluquero “manos a las tijeras”…

El trabajo con los niños tiene un especial encanto, ellos que en algunos minutos sumaban más de 50 hicieron que valga la pena cualquier esfuerzo, cualquier cansancio, con los materiales que les llevamos sus pequeñas manitos se pusieron a trabajar para agradecer a quienes en este minuto de dolor los estaban ayudando, es así como se formó “La Fábrica de Corazones”, y nos regalaron hermosos corazones[2] para entregárselos a los tíos que ayudaron.

Terminada la jornada viene la noche, vamos al campamento 1, algunos de Curanilahue y Chiguayante vuelven a sus casas pero mañana regresan y los demás nos quedamos a conversar con las personas del campamento, más tarde preparamos nuestra sala-ruca para poder descansar, que sorpresa!! mi amiga Carla Bustos de Curanilahue había llegado a sumarse, viajó sola en su auto para no perder ni un segundo al día siguiente, que mujer!!! Luego de conversar y compartir….a dormir que mañana es otro día de trabajo!!!!

El día sábado muy temprano todos volvieron a sus puestos, también llegaron de Santiago Yéssica Castro y Rodrigo Coronado, quienes viajaron muchos kilómetros para aportar con su trabajo para que las familias de Llico puedan, lo antes posible, estar bajo techo…, ese día también volvió Estela de Curanilahue y trajo consigo a más amigos de Curanilahue: Ricardo Ramírez, Sandra Muñoz, Rolf, Jorge Abarzua, Javier Chamorro… aunque no pude hablar con ellos les recuerdo ya que fuimos colegas en el Liceo Mariano Latorre…

La jornada del sábado fue extensa, pero al anochecer partimos felices, con el corazón lleno de alegría, alegría que nos dieron los hombres y mujeres de Llico al enseñarnos que se puede salir adelante hasta en la peor adversidad, alegría que nos dieron los niños al mostrarnos que nada borrará sus sonrisas, sus sueños y sus esperanzas, la alegría que nos dio ver y ayudar a un pueblo a levantarse.

Cada uno se fue a sus casas, menos los de la Micro de la Solidaridad, nosotros pasamos a la tibieza del hogar de mis padres, en Curanilahue, donde nos esperaba un riquísimo pan minero y un caldillo de mariscos, más tarde ulte, quesillo y unas ricas longanizas para tomar once, tanta comida y el calor de la cocina a leña nos pasó la cuenta, después de conversar con mis papás Iris, Beto y con Sole, que se portaron un 7 atendiendo al ejercito loco, empezaron a caer uno a uno en los brazos de morfeo, para partir al día siguiente a nuestros hogares.

El domingo tal como estaba planeado nos levantamos temprano, pero hasta ahí nos duró el plan... en el desayuno una hermosa y rica torta de cumpleaños nos juntaba en el living de la casa en la que me crié, para cantar cumpleaños feliz atrasado para mí y las mañanitas del santo a mi hermana, luego de eso el tour de rigor, la piscina natural y tod@s a buscar piedras cruces… luego a mirar las esculturas y los murales del cementerio y a observar Curanilahue desde lo alto, para despedirnos de nuestro querido pueblo hasta la próxima oportunidad, que espero sea muy pronto…

En negrita están tod@s las personas que participaron en el viaje, pero también hay Muchas personas anónimas que nos ayudaron a cumplir este sueño, aquellos que donaron cosas, aquellos que donaron dinero, aquellos que nos prestaron disfraces, aquellos que nos dieron aliento cuando la tarea parecía no resultar, aquellos que nos brindaron un abrazo o un saludo que nos indicaba que íbamos en la senda correcta.

Amig@s... (a los con nombre y apellido y a los anónimos), muchas gracias!!!!!, por lo que hicieron, ya que por lo que hicieron, por su apoyo las niñas y niños de Llico pueden estar más abrigados luego de haberlo perdido todo y un poco más felices por el cariño que les llevamos.

Si algo aprendimos en este viaje fue que el mar se pudo haber llevado las cosas y las casas, pero no pudo llevarse la fuerza y la esperanza de nuestro pueblo, de nuestra gente, ellos siguen en pie, sólo necesitan un poco de ayuda para salir adelante!!!!

Esto no ha terminado…,

no olvides que tú puedes cambiar la vida de alguien que hoy está sufriendo porque perdió todo, tal vez hasta lo más preciado que es perder a quien se ama.

Busca la forma de ayudar, siempre hay una!!

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